Vergüenza
Sin dudas que estos últimos días no han sido sencillos para quienes gobiernan la Argentina. Desde diputados que han dicho barbaridades de la magnitud de “no necesitamos más vacunas” hasta otros que fueron críticos respecto de sus salarios, en lo que es una cabal muestra de que el Gobierno se ha divorciado por completo de la sociedad. Luego de eso, el presidente también tuvo una frase controvertida contra nuestros hermanos mexicanos y brasileños y tuvo un fallido severo el pasado viernes con su “hay que salir y contagiarse”, que, por suerte rectificó a tiempo. Fallas que no deberían permitirse en estos momentos de tanta incertidumbre y, sobre todo, preelectorales. Tampoco parecen haber sido días comunes para aquellos seguidores del Gobierno, que anduvieron en sintonía con esos errores no forzados del oficialismo.
En este segundo grupo entran los fabulosos seis personajes que, el pasado domingo dieron a conocer una web llamada reacción conservadora, en la que se observa con foto y biografía a personas con una mirada más conservadora en la sociedad argentina (como si eso fuera algo que condenar). La difusión del sitio fue dada por la creadora de la revista “humorística” (¿humorística?) Barcelona, Ingrid Beck, quien, debido al repudio generalizado de una gran parte de la sociedad, no solo dio de baja el sitio sino que bloqueó su cuenta de twitter, al igual que hicieron los otros cinco integrantes e ideólogos del sitio. Al parecer, no había tanto orgullo por el proyecto en cuestión.
El portal rememora tiempos oscuros de la historia del siglo XX, además de presentar algunas particularidades como, por ejemplo, la exhibición de las personas con su respectivo identikit con todo tipo de detalle por su presunta ideología. Verdaderos verdugos de pacotilla aggiornados a los tiempos que corren que desnudan, por ejemplo, los vínculos o a que universidad asistió algunos de los jóvenes que han tomado mucha relevancia en redes sociales por su postura contra el Gobierno o, lo más curioso viniendo de supuestos defensores a ultranza del feminismo, algunas descripciones de las personas por “publicaciones con poca ropa”, como fue el caso de una joven que manifiesta abiertamente en sus redes tener una postura provida. Quizás no nos habían contado que la sororidad es un tanto poliédrica y es tal en función de quien sea el emisor del concepto.
Este tipo de portales disfrazados de periodismo de investigación no sólo atentan contra la libertad de expresión de las personas sino que deslegitiman todo el gran aporte que el verdadero feminismo realiza en pos de la igualdad entre hombres y mujeres
La “reacción conservadora” no solo vio la luz por poco tiempo por lo repudiable del hecho de exponer la vida de las personas de un modo discrecional y ridículo sino por lo decadente de un portal en donde se dicen cosas evidentes como que la iglesia se opone a la ley del aborto. Incluso en las redes sociales circuló el hashtag #LaGestapoArgentina en repudio a este portal el cual fue tendencia por varias horas. Resulta repudiable la existencia de este tipo de sitios que, incluso, fue patrocinado por la IPPF, una ONG internacional cuyo principal objetivo es promover la salud reproductiva y sexual.
Este tipo de comportamientos no sólo atenta contra la libertad de expresión de las personas sino que deslegitima todo el gran aporte que el verdadero feminismo realiza en pos del postulado de igualdad entre hombres y mujeres. No es la primera vez en la historia argentina reciente que mujeres, falsamente disfrazadas de feministas, dañan el trabajo que sí hacen muchas otras mujeres que, durante años han trabajado en pos de derechos e igualdades.
También, algo que ha llamado la atención del portal que duró muy poco es que no solo desnuda un fuerte discurso discriminatorio que condiciona las libertades en democracia sino que incluso ha tenido algunas personas que han apoyado la iniciativa, entrando en teorías pseudoconspiranoicas sin sustento alguno, dejando en claro que, en varios sectores del ecosistema público -seguramente agravado por la grieta que polariza la sociedad argentina-, la crisis de valores es total. Patéticas imágenes de espionaje berreta maquillado como “periodismo de investigación” que no deberían darse si es que verdaderamente creemos en el respeto por aquel que piensa diferente y pregonamos la libre publicación de ideas sin repudio alguno por hacerlo.