La ciudad menoscabada
“Perdida la capacidad de asombro o anestesiada la curiosidad mas elemental, hemos devenido en una sociedad acostumbrada” comenzaba el inolvidable Pepe Eliaschev su columna “Obvio” allá por septiembre de 2011. Su testimonio viaja en el tiempo en ese cohete que un ex presidente riojano diagramó en una conferencia tristemente célebre hasta nuestros días y aterriza en esta Argentina irracional y absurda.
La vorágine de los hechos a veces agobian y uno normaliza cosas que no lo son, como los escraches en los domicilios a los políticos o mismo el rodeo de oficiales de seguridad en la Quinta de Olivos. Ambos sucesos repudiables. Pero mejor gambeteemos un poquito esta grieta que tanto nos divide y sepamos comprender la gravedad institucional de algunas circunstancias hechos. Desde ese lado de la comprensión de la realidad, también debemos reconocer los lamentables y míseros salarios que cobran los policías de la provincia de Buenos Aires que ponen en riesgo su vida diariamente por el incremento delictivo que allí se vive a diario. Y por favor, no caigamos en el absurdo de que en este mismo cuatrimestre el año pasado había mayor cantidad de delitos cuando, por lo menos, en tres meses de este año estuvimos sometidos a un aislamiento bastante riguroso.
No nos puede someter la indiferencia ante lo que hemos vivido este día jueves para quienes sentimos un profundo cariño por nuestra querida Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Avivando las aguas de la anacrónica y ridícula disputa entre porteños y bonaerenses, el presidente Alberto Fernández decidió “afeitar” más de 30.000 millones de pesos anuales de coparticipación porteña para poner fin al conflicto que el gobernador Axel Kicillof tiene con la policía bonaerense. En algún lugar de los libros de traiciones políticas deberá tener su capítulo este episodio de deslealtad del presidente para con el jefe de gobierno porteño ¿Habrían tomado la misma medida si la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tendría el mismo color político que Nación? El interrogante tiene una respuesta tan predecible como obvia.
A diferencia de lo que dijo en sus dichos, la medida tomada sí representa un menoscabo a la Ciudad de Buenos Aires, esa ciudad que el propio presidente definió como “opulenta”. Y también, a diferencia de lo que dijo el actual gobernador bonaerense que, dicho sea de paso, poco y nada hizo para paliar el déficit salarial de la policía bonaerense en sus años frente a la cartera de Economía, este no es un inconveniente de los últimos cuatro años. En ese sentido es llamativo el cinismo con el que se manejan algunos integrantes del Gobierno respecto de la provincia de Buenos Aires. Pareciera que desconocen el hecho de que el peronismo gobernó en 29 de los últimos 37 años desde la vuelta a la democracia. Sólo es cuestión de recorrer un poco el conurbano para ver cómo lo hicieron. En la tolvanera de sucesos también sería interesante conocer porqué, en 2015, el entonces ministro de Economía dejó la participación de la Provincia de Buenos Aires en un mínimo histórico. Pero nuevamente, los hechos son frenéticos en este país.
asombra el cinismo con el que se manejan algunos integrantes del gobierno sobre la provincia de buenos aires ¿sabrán que el peronismo gobernó allí en 29 de los últimos 37 años desde la vuelta a la democracia?
La quita de recursos a la ciudad es completamente inconstitucional y deja sentado un antecedente peligroso de cara al futuro, además de continuar agrietando las irregulares rutas que conectan al oficialismo con la oposición. Hoy es el turno de Buenos Aires pero mañana podría ser cualquier provincia opositora al poder de turno. Porque hoy son unos, pero mañana podrían ser otros. La medida no solo no respeta los mecanismos institucionales sino que atenta contra un reparto actual que fue suscrito por todas las provincias y sancionado por ley hace poco más de tres años. Prestigiosos constitucionalistas han coincidido en que el decreto generaría un hiperpresidencialismo sin precedentes desde el retorno de la democracia y atentaría contra el principio que nuestra Constitución sostiene en su articulo 1 respecto de la forma representativa republicana y federal.
LA MEDIDA ES CLARAMENTE INCONSTITUCIONAL PORQUE NO RESPETA LOS MECANISMOS INSTITUCIONALES Y ATENTA CONTRA EL REPARTO ACTUAL QUE FUE SUSCRITO POR LAS PROVINCIAS HACE POCO TIEMPO, SENTANDO UN PELIGROSO ANTECEDENTE RESPECTO DE LA INTERVENCIÓN PROVINCIAL
Parafraseando al mencionado Eliaschev, sería prudente que la sociedad argentina no pierda la capacidad de asombro y manifieste su descontento si así lo siente para no convertirse en una sociedad acostumbrada. En definitiva eso fue lo que el propio Fernández solicitó a los argentinos en el fragor de su primer discurso como presidente, el pasado 10 de diciembre.