Mozambique y El horror de la guerra
La insurgecia islamista Al-Shabab que lleva cuatro años en el noreste de Mozambique ha expulsado más de medio millón de personas de sus hogares y ha dejado más de 1300 muertos. Ahora, se ha sumado una denuncia que asegura que niños de 11 años son decapitados.
La realidad que asedia a los ciudadanos de Mozambique es escalofriante. La insurgencia del grupo islamista de Al-Shabab desde hace cuatro años en el norte de África ha causado estragos. Allí, algunas personas se frotan el estómago y hablan de hambre, otras describen pueblos quemados, parientes secuestrados por el grupo terrorista y las agonías de largas caminatas por el bosque para llegar a un lugar seguro.
Cabo Delgado es hoy en día una provincia rica en yacimientos submarinos de gas, piedras preciosas y minerales, pero en los últimos años se transformó en el blanco fácil del grupo yihadista que ahora repite en un rincón de Mozambique la misma historia que en Malí, Burkina Faso, Nigeria o Somalia.
El inicio de una guerra:
La insurgencia islamista en Mozambique se remonta a 2017, en aquel año Al-Shabab -como los mozambiqueños llaman al grupo islamista Ahlu Sunnah Wa-Jama- irrumpió en Mocimboa da Praia, una pequeña ciudad portuaria ubicada en la provincia de Cabo Delgado. Desde entonces, ha ido avanzando a base de capturar pueblos, zonas remotas y asaltar puestos militares (con el fin de robarles el armamento).
Llamativamente, en el país africano el islam es minoritario, pero la llegada del grupo yihadista pudo ser exitosa debido que en la provincia de Cabo Delgado, ubicada el norte de África se concentra un 18% de musulmanes. De paso, a dicho coctel se sumó la rebeldía de jóvenes mozambiqueños que encontraron un sentimiento antigubernamental en la conversion al Islam como respuesta al Gobierno de Filipe Nyussi y a las fuerzas militares que tanto les han ignorado e incumplido durante años.
Si bien es un conflicto muy complejo que se extiende más allá del dinero, no sería poco probable que la irrupción del grupo A-Shabab busque en un futuro controlar una de las zonas más importante de gas. Eso se debe a que, en los últimos años las compañías francesas y estadounidenses que obtuvieron el derecho de explotación han hecho millonarias inversiones en el lugar donde se estima que el país africano posee un PBI anual de 15.000 millones de dólares y que en los próximos 25 años recibirá cerca de 95.000 millones de dólares solo en ingresos por el gas.
Desde el principio la llegada del grupo islamista y su propagación fue ignorada y minimizada por el Gobierno central de Nyussi, quien solo se dedicó a trabajar para que los ataques armados no afectaran al importante puerto de Palma y la zona de extraccion de gas. Tal es así que, ello llevo a que a fines del año pasado el Ejército de Mozambique reconociera la perdida de la ciudad de Mocimboa da Praia después que el grupo de Al-Shabab ganara el territorio tras una serie de ataques a los pueblos de alrededor. Allí muchas personas fueron utilizadas como “escudos humanos” por los rebeldes del grupo armado durante el combate.
Personas decapitadas, otras hambrientas y aterradas que huyen del horror de la guerra:
Desde entonces, y pese a la capacidad económica de Mozambique, el país no ha dejado de ser el foco de una region asediada por asesinatos y desplazamientos de ciudadanos civiles que aseguran tener hambre y terror de ser atrapados por el grupo Al-Shabab. Sin embargo, no todos logran escapar, ya que muchos de los grupos de personas que son bloqueados por la policía.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha indicado que en los últimos 12 meses más de medio millón de personas de la región han huido por el terror ante el conflicto y han buscado refugio en pueblos y ciudades cercanas. Pero, se cree que otros quedan atrapados en áreas del conflicto, y muchos de ellos se esconden aterrados en los arbustos durante días.
en el último año, más de medio millón de personas de la región huyeron por el terror ante el conflicto y la hambruna
Said Ahmad es uno de los tantos sobrevivientes, él logró escapar con la familia de su hermano de la provincia de Cabo Delgado, luce desconcertado ante tanta violencia, la misma violencia que arrasó con una ciudad que comienza a lucir abandonada. Viajó como tantos hasta Palma y según relató a la BBC, cuando llamó a su hermano, un extraño respondió al teléfono y le dijo: “Matamos a tu hermano. No le tenemos miedo a nada. Somos Al-Shabab y matamos como nos plazca“.
Como él, son muchas las historias de ciudadanos que viven aterrados y deciden emprender un viaje a lo desconocido ante la inacción de un Gobierno que mira hacia otro lado, pero no todos logran escapar a zonas más seguras. Tal es así que, según el Proyecto de Datos de Ubicación y Eventos de Conflictos Armados (ACLED), hasta el momento más de 2.614 personas han sido asesinadas en Cabo Delgado a causa de la “violencia organizada” que se desarrolla desde octubre de 2017, entre ellas más de 1.312 personas perdieron la vida en el conflicto.
Finalmente, ahora se suma una acusación reciente de la organización Save The Children, que ha denunciado este martes que niños de tan solo 11 años están siendo decapitados en el norte de Mozambique en el mismo conflicto yihadista que en cuatro años le ha quitado la vida a más de 1.300 personas.
Fotografía editada sobre un original del Institute for global change Tony Blair