“Ya estamos vacunando”

“Después de tanto ponerle el pecho, llegó el día de poner el brazo” concluye el spot que el gobierno difundió por estos días llamado Ya estamos vacunando. El aviso surge con el objetivo de empezar a endulzar el relato de las vacunas luego del miserable escándalo de la vacunación vip. 

Con imagenes que apelan a la emoción y la sensibilidad pero que en algunos casos están un tanto flojas de papeles, el spot finaliza con las escenas de uno de los tantos “vuelos patrióticos” que tanto material le dieron al relato oficialista. Somos de los pocos países que construyeron una épica de estos vuelos lo que desnuda una triste realidad que es que estamos vacunando poco, algo que incluso afirman los especialistas de salud afines al gobierno. Relato por un lado, realidad por otro: el kirchnerismo opera bajo un loop constante. Lo hizo en los dos gobiernos de Cristina y continúa en éste, el gobierno del moderado Alberto Fernández. Mientras en otros países traen vacunas de a millones y siguen comprando dosis, acá todo sigue igual.

En estos momentos en Argentina han entrado, según cifras oficiales, 4.880.540 vacunas y se aplicaron 3.474.415. De esta cifra, solamente 650.071 han recibido las dos dosis y 2.824.344 recibieron una sola dosis. Todo esto surge luego de la salida de Ginés Gonzalez García al frente de la cartera de Salud, la cual pertenece a Carla Vizzotti, también salpicada por el polémico vacunatorio vip. En el medio de tanta impericia varios nos preguntamos porqué no llegaron las vacunas de Pfizer ¿cual habrá sido la verdadera traba para que no lleguen las vacunas que, por citar un ejemplo, han llegado de a millones en el país vecino de Chile? En el cambalache argentino también se sugirió que, al parecer, el Gobierno ha decidido que vacunaría a más personas con una dosis y no a una menor cantidad con dos dosis, como se hace en todo el mundo. “Gobierno de científicos” se autodefinen.

En estos momentos en Argentina han entrado, según cifras oficiales, 4.880.540 vacunas y se aplicaron 3.474.415.

La política sanitaria de vacunación tampoco es clara, al día de hoy y luego del #VacunatorioVIP, respecto de quienes reciben las dosis. Son realmente pocos los distritos que han aclarado que es ser “personas en puestos estratégicos”. Asimismo, son varios los integrantes de diferentes hospitales que aún hoy no han recibido su primera dosis, por lo menos en ese monstruoso territorio que es la Provincia de Buenos Aires. Constantemente se denuncian casos de personas que fueron vacunadas y no cumplen ninguno de los requisitos que uno presumiría válidos para recibir la dosis (personal de salud, adulto mayor, etc). El reciente caso de Stefanía Purita Díaz es uno caso más en la gigante telaraña de vacunación amiguista y militante que el Gobierno abrazó. Lo define a la perfección la propia Sandra Pitta, doctora en biotecnología, en una declaración de hace unos días, “lo que estamos viviendo en Argentina está teído de una discrecionalidad inmoral que posibilitó todas las anomalías”. 

Con la salud no debería hacerse tanta politiquería barata. Con la salud no se jode. Ya no porque sea irresponsable e inadecuado sino porque también se están alcanzando límites de inmoralidad y cinismo que caldean los ánimos de una gran parte de la ciudadanía que está hastiada de acostumbrarse a hacer ordinario lo extraordinario.