La marea verde y el aborto legal en Argentina

El movimiento feminista logró un derecho largamente postergado luego de que el Senado aprobase el miércoles pasado la interrupción legal del embarazo hasta la semana 14 por 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención.

Por Milagros Gagliardi

Finalmente era cuestión de tiempo que la interrupción legal del embarazo fuese una realidad en Argentina. En 2019 fue una promesa de campaña del presidente Alberto Fernández y, sin dudas, hoy es una conquista del feminismo.

Tal es así que, el pasado miércoles el Senado aprobó la despenalización del aborto que contempla hasta la semana 14 de gestación por 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención. En mi país, Argentina, el aborto ha sido por mucho tiempo la primera causa de muerte materna, un tema de salud pública al que los senadores han dejado de darle la espalda, y han votado a favor de que miles de mujeres no sigan muriendo en la clandestinidad. La marea verde del colectivo feminista ha enterrado así la ley vigente desde 1921 que lo consideraba un delito, exceptuando los casos de violación o riesgo para la vida de la madre y ha consagrado a más de un siglo la lucha de miles de mujeres de distintas generaciones que dieron inicio a lo que hoy se ha convertido en un derecho, una facultad a que las mujeres decidan sobre sus cuerpos y si quieren o no ser madres, tal como lo hace Uruguay, Cuba, Guyana, Guyana francesa o Irlanda, nación oficialmente católica que aprobó la legislación en 2018.

El aborto en argentina ha sido por muchos años una política pública fallida

En realidad, América Latina llega tarde a lo que es una política más que común en países de occidente como España, Polonia, Holanda, Alemania, Reino Unido y Francia. La cultura e incluso la postura religiosa han sido por mucho tiempo una traba evidente donde el peso y el miedo cayó siempre sobre las mujeres al punto de ser consideradas como criminales por elegir no ser madres. Otras, en cambio, han terminado muertas o presas por abortos clandestinos en la Argentina. Y es que, criminalizar el aborto es en pocas palabras una política publica fallida ¿Acaso la penalización ha servido de algo más que permitir que miles de mujeres mueran de manera riesgosa y en la clandestinidad? Repito, el aborto ha sido por muchos años una política pública fallida. Lo ha sido porque no ha respetado los derechos de las mujeres a decidir sobre su cuerpo con total libertad. Lo ha sido porque la práctica del aborto no ha disminuido, ni se ha eliminado, en todo caso se ha vuelto una realidad riesgosa que asedia solo a las mujeres de escasos recursos. Lo ha sido porque encarcelar a una mujer que abortaba fue por mucho tiempo uno de los actos legales más inhumanos y retrogrado que aún hoy mantienen otras legislaciones.

Ahora que el aborto ha dejado de ser una utopía inalcanzable, y que una vez más la Argentina se sitúa a la vanguardia de los derechos sociales en América Latina. Ahora que la marea verde lo hizo y el aborto es ley en Argentina solo queda una cosa por decir, y es que, quienes hoy han hecho historia son también aquellas mujeres que ya no están, aquellas que a lo largo de las últimas décadas con su valentía y vigor han conquistado las convicciones de una generación capaz de alcanzar lo que muchos creían una utopía.