El Papa Francisco, un líder espiritual para China por sobre la Iglesia Católica

Menos del 1% de los habitantes chinos son católicos. Durante años quienes profesaban esta religión se vieron perseguidos por el régimen comunista. Sin embargo, en el último tiempo el Papa Francisco se ha convertido en un “jefe espiritual”, intentando romper este ciclo. El acercamiento entre Occidente y Oriente hecho persona.

Desde que Jorge Bergoglio asumió como jefe del Estado Vaticano, el 13 de marzo de 2013, su meta ha sido acercarse a la República Popular China. Por un lado, el fin de la clandestinidad de la religión y la persecución de sus creyentes, fueron sus principales ejes. Pero también existe una visión premeditada sobre el gigante asiático, quien se convierte poco a poco en el nuevo centro de religiosidad.

Los sueños de Francisco empiezan a tomar forma cuando al sobrevolar en dos oportunidades China decide enviar una carta al presidente Xi Jinping. Desde ese momento trazará una relación, que se esperaba, tendría su punto culmine este año, con la visita del sumo pontífice al mandatario chino.

En el último tiempo el Papa Francisco se ha convertido en un “jefe espiritual”, intentando acercarse a la república popular china

Es sorprendente la cantidad de chinos que lo visitan en las grandes celebridades católicas, como lo es la Pascua. Por sobre todo lo consideran un líder espiritual“, asegura la gran amiga de Francisco, Alicia Barrios. Ya que si bien el confucionismo, el taoísmo y el budismo son las religiones más fuertes entre la población china, acompañan la visión del mundo del Papa.

Según Barrios, la “apertura de China al mundo católico” fue algo que Francisco comenzó a trabajar hace 7 años. Una de sus principales políticas blandas fue la incorporación de eventos culturales y muestras de arte chino en el propio Vaticano, algo completamente rupturista.

Pero este vínculo del Papa también ha generado crispaciones con el resto de Asia, principalmente con Taiwán, quien con el único estado de Europa que mantiene relaciones formales es justamente con el Estado Vaticano. En Taiwán existen unos 10 millones de católicos. Sin embargo, era inconcebible que se pudiera tener una posición ambigua como la de Francisco, con un acercamiento al partido comunista y manteniendo relaciones formales con la isla.

Para Patricio Giusto, director del Observatorio Sino-Argentino, esta unión entre el Papa y China es “trascendental”. No solo por la relevancia para la religión católica sino, porque lo considera un hecho “geopolítico”. Un encuentro entre occidente con oriente, “más allá de los conflictos que se desatan en otros planos, como el choque de Estados Unidos y China”.

En pocos días Beijing y el Estado Vaticano se preparan para la renovación de un acuerdo provisorio para la designación de obispos, firmado en 2018. Suceso que se ha convertido en el más importante desde 1951, cuando ambos estados rompieron relaciones.

Para sectores de la Iglesia más reacios a los vínculos con China, lo que hizo Francisco fue claudicar ante el partido comunista, acordando con un gobierno que suprime las libertades individuales, persigue a las minorías religiosas y políticas.

Sin embargo Bergoglio continúa su relación con una de las potencias más grandes del mundo. Para su círculo más íntimo, si bien es imposible proyectar a futuro,  sigue firme la idea de cruzar la muralla después de que el virus sece.