El agua, la fuerza motriz de toda la naturaleza
Por Sofía Kreplak

El agua es la fuente de toda vida en el planeta Tierra. Existe en forma sólida (hielo), líquida y gaseosa (vapor). El agua superficial se evapora, se condensa en nubes, después cae precipitación que se infiltra en el suelo y finalmente corre hacia el mar. Este proceso se llama Ciclo Geo-hidrológico y en resumidas cuentas, es el motivo por el cual estamos vivos.

La Huella Hídrica es un concepto que se dio a conocer en 2002 por Arjen Hoekstra del Instituto de Educación del Agua de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Se define como la cantidad total de agua dulce utilizada para producir bienes y servicios a nivel individual, de una comunidad o una empresa. El objetivo detrás de la Huella Hídrica es concientizar sobre el uso responsable del agua, para que los seres vivos de todo el mundo no nos quedemos sin este recurso finito y esencial para toda forma de vida.

Existen tres tipos de huella hídrica en función del tipo de agua que se mide

  • Huella Hídrica Verde: relacionada al agua de lluvia que luego se evapora y es incorporada por cultivos.
  • Huella Hídrica Azul: se considera el agua dulce superficial o subterránea utilizada.
  • Huella Hídrica Gris: hace referencia a la calidad de agua y la posible contaminación de la misma.

El objetivo detrás de la Huella Hídrica es concientizar sobre el uso responsable del agua, para que los seres vivos de todo el mundo no nos quedemos sin este recurso finito y esencial

Una de las industrias que más agua consume es la producción de alimentos. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), la Huella Hídrica de la comida consume el 70% del agua que se gasta a nivel mundial. Veamos algunas cifras:

  • 1kg de cerdo = 6.000 litros de agua
  • 1kg de ternera = 15.000 litros de agua
  • 1kg de cordero = 8.700 litros de agua
  • 1 kg de pollo = 4.300 litros de agua
  • 1 L de leche = 1.000 litros de agua

Las cifras escalofriantes continúan en todo tipo de industrias.

La Tierra cuenta con 1.386 millones de kilómetros cúbicos de agua, de los cuales sólo el 2,5% es agua dulce.  De este porcentaje total, solo el 0,007% está disponible para el uso humano por los siguientes motivos: el 69,7% del agua dulce está congelada en los polos o en glaciares, el 30% está bajo tierra en acuíferos y el restante 0,3% en lagos o ríos. La escasez de agua puede provocar enfermedades, hambre, extinción de especies y conflictos sociales, económicos y políticos.

Existen maneras de reducir nuestra Huella Hídrica desde lo personal, porque al fin y al cabo, el mayor impacto en el medioambiente proviene de grandes empresas e industrias. Algunas ideas son: cerrar la llave de la canilla al cepillarse los dientes, usar filtro de agua para evitar las botellas de plástico, regar el jardín o plantas durante la noche así no se evapora el agua por el calor del sol, modificar nuestra alimentación (consumir menos carne y más frutas y verduras), entre otros.

Cada acto individual, aporta a nivel global: el cambio empieza en uno. A fin de cuentas, no existe vida sin agua.