Día del Médico: Gracias y perdón

Al igual que en el resto de Latinoamerica, este jueves 3 de diciembre se conmemora el día del médico en reconocimiento al médico y científico cubano, Juan Finlay Bárres, tras su imprescindible descubrimiento en la transmisión de la fiebre amarilla. En este año tan particular, los médicos han doblegado y triplicado sus esfuerzos, algo que contrastó con algunos comportamientos de la sociedad en su conjunto y de la clase política. 

En este 3 de diciembre solo resta agradecerle a quienes han dado su vida por nosotros y pedirles perdón por, en varios casos, no haber estado a la altura del esfuerzo realizado por los profesionales de la salud. “Gracias” y “perdón”: dos palabras que muchos argentinos escatimamos en decirlas, dos palabras que indefectiblemente mejoran la convivencia entre todos los ciudadanos.

Perdón por desconocer lo frágil y endeble que es el sistema de salud, algo que se aprecia en muchos hospitales pero que realmente se desconoce su problemática en profundidad. Sepan perdonarnos por el absurdo gasto de recursos en médicos cubanos (recursos que, al día de hoy, no se saben en qué se fueron ni tampoco sobre cuánto dinero se despilfarró). Todo ello, cuando en nuestro país si algo tenemos de bueno son los grandísimos profesionales de la salud. Disculpennos por ese hipócrita comportamiento de aplaudirlos al comienzo de la cuarentena a las 9 de la noche pero después juntarnos en grandes eventos o reuniones (y no me refiero a los conglomerados de personas que sí respetaban las distancias y tomaban las medidas pertinentes contra este virus). Perdonen por haberlos declarados “esenciales” pero esa categoría indispensable no se ve imputada en las retribuciones que uds. hicieron, hacen y seguramente continuarán haciendo.

Y precisamente, por ello, les decimos gracias porque, pese a contar con un sistema siniestro y oscuro, continuaron poniéndole el pecho a las balas, aún cuando muchos ciudadanos los discriminaban en sus domicilios. Gracias por poner al paciente por sobre las mezquindades políticas, ojalá alguna vez la clase política comprenda el invaluable aporte que ustedes hacen a la ciudadanía y no se queden en meros cortes de tijera para inaugurar (y reinaugurar, en algunos casos) hospitales. Gracias porque, sin su accionar este año habría sido mucho más trágico porque son ustedes y no las medidas del gobierno, las que nos salvaron de qué se repitan esas imágenes que pudimos ver a principios de 2020 en Europa. Gracias por tamaña demostración de pasión por su vocación y gracias en serio por todo lo que hacen. Ojalá este virus maldito los deje en paz un poco ¡Felices fiestas y gracias de nuevo por todo!